Esas conversaciones, a veces tontitas, que empiezan con un saludo desganado y acaban con los protagonistas riendo a carcajadas. Y es que nunca se sabe lo que se esconde detrás de un simple "hola"...
Quejas, lamentos, historias de familia, travesuras de los niños... Con una pizca de humor ya tenemos para un momento agradable. La situación ya es bastante dramática de por si (por bien que te cuiden), como para dedicarle más tiempo del estrictamente necesario.
Claro que hay días en que no se tiene ganas de "juerga ". Algunos nunca...
¿Qué se les va a hacer? El caso no es para reír, ni mucho menos... Pero a veces ocurre que nos encontramos dos que no queremos más amarguras, y entonces la líamos... ¿Cómo? Pues diciendo disparates, contandonos episodios más o menos graciosos, ridículos, incluso malos de nuestras vidas... Basta verlos con perspectiva.
Desde la distancia, hasta una pelea con mi Rosalía adolescente, que me dejaba sin fuerzas, resulta ahora de lo más gracioso...
Últimamente he estado "chunga", lo digo más bien para que todos vean que no me importa hablar de ello, pero prefiero hablar de otros temas...
Empecé a tener mareos, nadie se dió cuenta, ni yo lo dije... ¿¿Para qué??
Siempre pasaba al levantarme de la de silla de baño, en ese momento, perdía la noción de todo y solo me recuperaba ya en la cama. He de decir que no hice caso. Escribí un mail a mi médico, que es un encanto de persona, además de buen médico.
Entretanto hubo el cambio de empresa abastecedora de aparatos respiratorios, y la correspondiente revisión. Desde entonces no acabo de encontrar la fórmula de estar al 100 %.
Eso sí, ¡con el cambio de parámetros han desaparecido los mareos!
Ahora me queda resolver el problema del sueño, no falta de sueño, todo lo contrario, demasiado SUEÑO... Muy cansada, y pasando hambre o dependiente de los batidos... Episodios de asfixia... Tos... En fin...
Lo tipico!!!